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cooperación

Oaxaca. Relfexiones de mi último viaje a México / diciembre de 2015

publicado en MEDIUM

 

Decir que México es un país de extremos no supone ninguna novedad. Pero que las mismas situaciones vividas en estancias anteriores en México, en esta ocasión me hayan generado sensaciones opuestas resulta verdaderamente desconcertante. No sé si el que ha cambiado es México, o he sido yo, o tal vez un poco cada uno; pero la verdad es que este país me tiene fascinado. Y desde luego tengo cada vez más claro que carece de sentido seguir hablando de países desarrollados, subdesarrollados o en vías de desarrollo, como si el desarrollo fuera una línea recta sobre la que situar a los países, unos por delante de otros. La realidad es mucho más compleja y rizomática; tratar de ver los países económicamente más desarrollados como los referentes para los menos desarrollados es un terrible error, que puede hipotecar gravemente -una vez más- su futuro e incluso el del planeta entero.

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